martes, 30 de diciembre de 2008

¡Todos queremos ser kisses!

Probablemente, el acto de soñar es la experiencia más surrealista en la vida cotidiana del ser humano. O por lo menos es lo que me dejan mis propias conclusiones.
Esta mañana me levanté con una frase (incoherente) en la cabeza: ¡Todos queremos ser kisses! Sí, lectores. Con kisses me refiero a los pequeños chocolates de Hershey's que pueden encontrarse en todos lados. Lo comenté a varias personas, quienes sabiamente me plantearon una pregunta: ¿Por qué alguien cuerdo querría ser un chocolate? Es obvio que a nadie le gustaría ser comido en cualquier momento.
De cualquier manera, la extraña frasecilla me dio vueltas todo el día, por lo que no me quedó más remedio que dejar a mis pensamientos arremolinarse alrededor del chocolatito.
Por ridículo que pueda sonar, descubrí que todas las personas tienen varias características en común con los famosos kisses. A continuación las enlistaré:

  • A pesar de tener la misma forma, tienen diferentes envolturas. Unos plateados, otros dorados, otros con espíritu navideño... Así como hay una enorme diversidad de presentaciones, el recubrimiento le permite al comensal distinguir uno de otro. En el caso de la gente, la ropa nos permite desde establecer un status social hasta expresar una personalidad.
  • Hay gran cantidad de sabores. Es similar a la anterior. La forma es la misma pero el contenido no. Dulces, amargos... La personalidad y el alma de cada quien nos diferencia.
  • ¡Todos son deliciosos! Probablemente este es el punto que suene más descabellado, pero hay qué pensarlo de diferentes perspectivas. Habrá a quienes les guste un sabor (personalidad) y otros a los que no. Pero hay algo seguro: Siempre habrá por lo menos una persona a la cual agrademos.
Con esto finalizo mi ronda de pensamientos extraños del día.

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