miércoles, 17 de diciembre de 2008

Pensamientos de medianoche.

Para la mayor parte de la gente normal, las 12 son sinónimo de dormir o formar parte de la diversión nocturna que abunda en las calles en forma de bares y discotecas. Para mi, la medianoche sólo representa un número más en el reloj.
Así que... Aquí me encuentro, reflexionando más cosas de las que puedo recordar. La primera que me viene a la cabeza es lo irónica que puede ser la vida. Me refiero a todos los eventos que nos rodean diariamente y todo aquello que rompe con la cotidianidad en la que estamos inmersos. Casi siempre los cambios entran en nuestra vida como una ráfaga; derribando ideas, pensamientos, sentimientos, relaciones, etc. ¿Pero qué sucede cuando es al revés? ¿Cuando pasan años y todo sigue igual?
Esta última pregunta me la hice desde que regresé de un viaje a la ciudad de Tuxpan, Veracruz. Aunque fue poco el tiempo que pasé en dicho lugar, me permitió darme cuenta de que muchas cosas siguen siendo exactamente las mismas. Quizá son ideas mías, pero visitarla fue como regresar en el tiempo.
Tuxpan tiene muchos elementos a su favor. El primero es una hermosa vista hacia el río, el cual produce una brisa muy refrescante. Los parques cercanos son un lugar relajante, ideal para leer o para contemplar la naturaleza. Otro punto a favor es la tranquilidad que se siente al caminar por las calles; el hecho de que no sea tan poblado como otros lugares es de gran ayuda.
Tomando en cuenta el hecho de que no hay tantas personas en comparación con otras ciudades dentro del mismo estado, me pregunto... ¿Por qué algunos lugares están prácticamente abandonados? Basta con observar la catedral en el centro. Sin ánimos de ofender a nadie, estaba casi en ruinas: La fachada está descuidada, los pórticos llenos de basura... ¿No se supone que deberían darle un mayor mantenimiento, siendo un edificio tan importante? La misma pregunta se aplica a otros lugares cercanos.
Es realmente lamentable esta situación. La ciudad tiene demasiado potencial, el cual aparentemente no ha sido explorado en su totalidad. Ignoro las cuestiones gubernamentales / administrativas que se presenten, pero no puedo evitar preguntarme qué porcentaje de responsabilidad tendrán en esto. Lógicamente, hace falta una buena dosis de inciativa por parte de los ciudadanos. Sólo así se podrán preservar estas bellezas arquitectónicas para las futuras generaciones.
Dejando todo esto de lado, debo admitir que realmente disfruté mi visita. A pesar de ser una ciudad pequeña, cuenta con varias opciones de entretenimiento. Tuve la oportunidad de caminar por el zócalo, el cual está rodeado de muy variadas tiendas: Desde ropa y calzado hasta heladerías. Incluso hay una dedicada en su totalidad a accesorios para muñecas. También hay una pequeña plaza, juegos y un cine. A pocas cuadras se encuentra el río, el cual representa un alivio al clima cálido de la zona. Tampoco puedo dejar pasar que el hecho de reencontrarse con seres queridos representó gran parte de la visita.
Volviendo al tema de los cambios... Comencé a pensar en esto porque años antes hice una visita. Es por ello que me sorprendió encontrar todo exactamente en su lugar después de tanto tiempo.
Esa fue mi experiencia en el viaje. Sin embargo, recomendaría que la visitaran para sacar sus propias conclusiones.

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