domingo, 5 de abril de 2009

El poder de los correos.

En un post anterior había mencionado algo relacionado con los correos electrónicos y las causas sociales. Creo que cualquiera que tenga una buena cantidad de contactos sabrá lo que es la desagradable experiencia de encontrar la bandeja de entrada saturada de cosas inútiles que se supone que deberían dar risa. O por lo menos, así es la gran mayoría.
¿Pero qué hay de la gran mayoría de los correos que circulan sobre situaciones sumamemente serias? Desde hace unos meses he estado recibiendo algunos correos con historias escalofriantes: Personas desaparecidas en circunstancias inciertas, asesinatos de todo tipo, niños perdidos e incluso peticiones en línea de detener a violadores y otra clase de criminales.
El dilema es: ¿Hasta qué punto es cierta la información? Es obvio que estos acontecimientos (o peores) inundan las noticias estos días, pero por un momento me puse a divagar... ¿Qué tal si algunos casos fueran ficticios? ¿O campañas para arruinar el prestigio de una persona?
Si es una campaña justa en contra de alguien que merece castigo, estaré encantada de participar. Pero si no sabemos a ciencia cierta cuál es la veracidad de los hechos, podríamos terminar haciendo un mal en lugar de una buena acción.
Y aquí es cuando la línea de la realidad y la ficción se diluye: Sólo las personas que crearon dichos correos saben lo que es verdad, así como los objetivos que persiguen al difundirlos entre tantas personas. El internet es un arma de doble filo, ya que su poder se expande hasta los lugares más remotos de la Tierra.
Llego a esto porque hay algunos casos que he investigado un poco más y me he topado con situaciones tan descabelladas que parecen producto de la imaginación de un loco. Por ejemplo: en un correo sobre una serie de asesinatos en la fayuca de Puebla, aparecen firmando como amigos de las víctimas una lista de nombres... Dichos nombres pertenecían a las personas muertas en la tragedia de República de Cromagnon en Argentina (....?). Si el caso fue cierto o no, no me corresponde juzgar. Lo que es extremadamente desagradable es que hayan involucrado indirectamente a personas que ni siquiera tenían nada qué ver. ¿A quién le gusta que bromeen sobre sus muertos? Esto me disgustó demasiado. Respeten a la gente, en especial a los muertos que ya están descansando.
Así que la moraleja que extraigo de todo esto es: No queda más que investigar. A ver qué tan cierto resulta todo.

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